Buscando la normalidad

Nathaniel Miller

Asenti con la cabeza en respuesta a la secretaria. Pase mi brazo alrededor de la cintura de Audrey y la ayude a levantarse, para simular que se encontraba mal.
Salimos de la secretaria en direccion a la enfermeria. No sabia que decirla ni que hacer para que se sintiera mejor, me habia quedado en blanco.

La secretaria se dirigió a nosotros y le dió permiso a Nathan para acompañarme a la enfermería, para nada estaba mal, bueno algo nerviosa por el incidente sí, pero sólo era la excusa que necesitaba para estar a solas con él.
Me ayudó a ponerme en pie con delicadeza, me abrió la puerta y me condujo por un pasillo hacia la enfermería.Cuando nos alejamos un poco de la secretaría, agarré el brazo de Nathan para frenarle y le dije:
-¿Dónde se supone que me llevas?¡estoy biende veras! sólo que no me apetecía esperar allí con esa vieja borde, además no me gusta ver cómo te trata cielo.

Nathaniel Miller

-¿Dónde se supone que me llevas?¡estoy biende veras! sólo que no me apetecía esperar allí con esa vieja borde, además no me gusta ver cómo te trata cielo.
Mire a Audrey a la cara y entonces me di cuenta de que en realidad no se encontraba mal, fisicamente, que era una excusa para salir de ahi.. por un momento pense que se iba a desmayar o algo asi.
Me apoye contra una de las paredes del pasillo y segui mirandola sin saber que decirla.

-No pongas esa cara tonto, ¿no ves que estoy perfectamente?.-le dije riendo, me hacía gracia ver lo serio que estaba.-
Me puse frente a él y me acerqué bastante.
-Sólo quería saber cómo estás de lo tuyo.-le dije señalando a lo largo de su pecho dibujando la cicatriz.-no sé nada de tí desde el sábado, ¿que te ha dicho el médico?¿va todo según lo previsto?.-
de repente noté como su camiseta estaba un poc oscurecida por donde había pasado mi dedo.-
-¿Cariño qué es eso?¿estás sangrando? vamos tienes que sentarte y relajarte por favor, no quiero que te pase nada más que ya has pasado bastante.

Nathaniel Miller

-No pongas esa cara tonto, ¿no ves que estoy perfectamente?.- me dijo sonriendo y acercandose a mi -Sólo quería saber cómo estás de lo tuyo.-señalo mi pecho.-no sé nada de tí desde el sábado, ¿que te ha dicho el médico?¿va todo según lo previsto?.-
- Todavia no he ido al medico, pensaba pasarme despues de trabajar - entonces se dio cuenta de que habia sangrado un poco "mierda, otra vez" pense rodando los ojos.
-¿Cariño qué es eso?¿estás sangrando? vamos tienes que sentarte y relajarte por favor, no quiero que te pase nada más que ya has pasado bastante.
- ¿Esto? - dije señalando la parte de la camiseta manchada rozando mi mano con la suya - no es nada, en serio - sonrei - de vez en cuando sangra un poco pero es normal eeh! he tenido heridas peores - dije poniendo voz de chulo y sin mas pase mis brazos por su cintura y la abrace aspirando su olor, no se porque pero en ese momento necesitaba abrazar a alguien y ademas asi intente distraerla de la sangre, no me apetecia que me diera una charla sobre asistir al medico o lo que se le ocurriese.

Me derretía con su chulería, era tan guapo que ese toqué le hacía de lo más interesante, nunca había estado con un chico así.Me abrazó por la cintura y pegó su cabeza en mi pelo respirando hondo, creo que había conseguido llegar al corazoncito de Nathan y eso me hacía la chica más feliz del mundo.
-Prométeme que estas bien cielo, ¡pero mírame a los ojos y dímelo eh!.-arrimé mi nariz a la suya juntando las puntas y sonreí.- Deja de hacerte el machote conmigo, habrás comprobado que te vale de poco, ¿no?

Nathaniel Miller

- Estoy bien - dije separandome de ella - de verdad eeh! que eso no ha sido nada - sonrei - y ¿como es eso de que me vale de poco eeh? mira que me parece a mi que no - y riendome de ella la revolvi el pelo, sujetandola con mi brazo libre por la cintura para que no pudiera escaparse de mi.

-¿Que bobo eh? ¡y no me toques el pelo! ¿no ves que me vas a dejar hecha un adefesio?.-dije refunfuñando, mientras me apretaba con su brazo con fuerza hacia él.- Bésame tonto.-dicho y hecho, Nathan buscó mi boca al instante de pronunciar la frase y nos fundimos en un apasionado beso, creo que él también me había echado de menos.-

Nathaniel Miller

Tome a Audrey de la cintura y la atraje hacia mi mientras seguiamos besandonos.
- Oye Audrey.. como salga.. mi.. amiga.. la secretaria.. y nos vea.. asi.. va a ser.. gracioso.. - dije entre besos y risas, me separe de ella haciendo fuerza con los brazos en su cintura para alejarla - podemos decirla que te estoy haciendo el boca a boca pero no creo que se lo crea - termine por decir riendo de nuevo al ver con Audrey intentaba volver a pegarse a mi y yo no la dejaba.

¡Qué verguenza por favor! Nathan se quedó como si tal cosa, mirando a la señora tan normal, yo en cambio estaba como un tomate, notaba como me habían subido los colores, aunque he de reconocer que la situación despertó en mí una especie de morbillo que me gustó. La secretaria volvió a meterse dentro y nos dejó el encargo.
Nathan se puso en camino y yo fui tras él, no sé, lo notaba como abstraído, algo le pasaba, este chico era muy raro, hacía un minuto estaba genial conmigo y ahora se mostraba de lo más arisco.
-Oye oye esperame, ¿no? no es muy cómodo correr con estos zapatos, así que frena.-él paró hasta q llegué a su lado, y nos pusimos en marcha juntos hacia el edificio en cuestión.- En serio, eres de lo más rarito que he visto nunca, ¿te pasa algo que te has quedado como con la mente en blanco? ¿es por la herida? o te pasa algo que aun no me has contado....

Me miro por una ventana para ver mi estado después del paseo, estoy bastante bien, no he ido muy deprisa. Miro a mi alrededor, pero no hay mucha gente, busco con la mirada el edificio en el que estaba la secretaria y me dirijo hacia ella, allí debe de estar la chica a la que le tengo que devolver los libros, y espero que tengan los míos también.

Marta Saez

Afrontas un nuevo dia de clase, es Lunes y llevas ya una semana igual. Nada cambia y sigues un año y otro dando las mismas clases. Tienes una apariencia humana de 14 aunque en realidad vas al curso de la gente de 17-18 años, siempre sentada al fondo con cuidado de no llamar la atencion

Sin embargo hoy al entrar al Instituto comienzas a ver algunas caras por la entrada que no reconoces, es raro que haya gente nueva tantos dias despues del comienzo de las clases ...

Me quedo mirando a la secretaria con odio, esa mujer me saca de quicio, y se que puedo llegar a tener problemas por su culpa.
-Buenos días señorita, tiene usted muy buena cara hoy- le digo con tono irónico- Soy Isa Scanlo, y me gustaría que, si usted puede hacer algo bien, me diera mis libros ya que los que me dio son de otra alumna...- dejo caer todos los libros sonoramente sobre el mostrador- su ayudante debe de estar escondido....-murmuro por lo bajo- y no me extraña....

Poco a poco a mi madre se le iba pasando el enfado, como esperaba, aunque parecía que estab vez iba a tardar un poco más..no me dió tiempo a despedirme de ella, cerré la puerta y arrancó.
Allí quedé parado frente a mi nuevo instituto, parecía muy grande para un pueblo como este.
Entré hacia la dirección que me dijo mi madre, allí había unas escaleras y me senté a esperar a Is, esperaba que hoy viniera si es que la verguenza que había pasado ayer se lo permitía, pero ni rastro de ella. Empezaron a llegar alumnos, me fijé en especial en una chavala que aparentaba ser demasiado joven para ir al instituto que se me quedó mirando fijamente, al pasar a mi lado la sonreí y ella agachó la cabeza avergonzada; era una chica bastante extraña, me dió una especie de escalofrío al pasar a mi lado, tenía una mirada de lo más inquietante.
Había pasado ya bastante tiempo y no había ni rastro de ella, como suponía hoy no vendría a clase, joder, me apetecía tanto verla de nuevo dios...
Entré en el edificio y me dirigí a secretaría, no tenía perdida pues había un cartel con el nombre, antes de entrar oí una voz que reconocería en cualquier sitio, ¡era ella! y cómo no, estaba de lo más seria y parecía enfadada, enfadada no....más bien parecía que estaba vacilando a la mujer, me quedé tras la puerta sin abrirla escuchando toda la conversación, hasta que las dos callaron y decidí entrar.
-Hola buenos días señoritas.-puse mi sonrisa seductora que nunca me fallaba.- ¿es aquí donde tengo que entregarle este papel para conseguir mis libros verdad señorita.-dije mirando a los ojos a la secretaria que parecía ya algo descolocada por mi presencia, y a la vez colocándome al lado de donde estaba Is.-
La secretaria no articuló palabra alguna, sólo asintió con la cabeza, tomó el papel y sacó mis cosas de debajo del mostrador.
-Muchas gracias, veo que a parte de ser un sol de mujer, eres muy efectiva para esto.-lo dejé ahí y me dediqué a mirar a Is, parecía bastante sofocada la pobre anciana.-

Cuando entro Jim y consiguió sus libros rápidos y sin problemas, además de que se me había colado, bueno, la secretaria le había dejado colarse, mis nervios estallaron, se puso a mi lado a mirarme, mientras la vieja loca aquella se lo comía a el con la mirada...

-Si, la señora es un autentico sol- dije en tono irónico y bastante alto- volveré mas tarde cuando no tenga tanta faena que atender, para ver si, ¡Por fin! puedo yo también tener mis libros...mientras, me llevo estos, algo así como mi seguro.-le guiñe un ojo a la secretaria, los coloque de nuevo dentro de la mochila, y sin mirar a Jim me di la vuelta, me coloque la gorra antes de salir, abrí la puerta y me derrumbe en el banco que había justo al lado de la secretaria, frotándome con dos dedos la ceja derecha.

"tranquilízate por favor" me repetí varias veces en mi mente, pero no podía, aquel instituto olía, ¿a que olía?
Olía mal, aquel instituto olía a vampiro, parecía plagado de asquerosos vampiros!

Is salió bastante enfadada de alli, no entendía nada, pensaba que se alegraría de verme pero parece que no era así, o quizá estaba así por lo que pude entender de su borde comentario con aquella pobre mujer sobre los libros, que caracter tenía mi chica uff.
Me despedí educadamente de la mujer, le dije que vovlería si tenía cualquier duda, ella pareció alegrarse de aquello...y salí corriendo a por Is. La encontré sentada con la cabeza entre las piernas y parecía bastante irritada, parecía que iba a explotar, me senté a su ladoy le dí un beso en la cabeza.
-Nena te pasa algo, aun no me has dirigido la palabra, ¿te he hecho algo o estás así por lo de ayer?.-ella empezó a mover su pierna como si se estuviera alterando por algo.-si te he hecho algo perdona, entré aquí por que te oí, estuve esperándote rato a la entrada por si llegabas, pensé que no vendrías hoy.

Al instante de sentarme en el banco, reconocí un débil olor, me era familiar, era Jim, se había sentado a mi lado y estaba hablándome, pero no podía saber que me decía, no conseguía concentrarme con aquel olor tan malo...esto era un plaga...
-si te he hecho algo perdona, entré aquí por que te oí, estuve esperándote rato a la entrada por si llegabas, pensé que no vendrías hoy.- fue lo que conseguí oírle decir, me sentí culpable por mi comportamiento, necesitaba poder hablar con claridad, apoye mi cabeza en su hombro y aspire con fuerza su aroma, me invadió todos los pulmones, y me sentí como en casa, pero...¿y si pasaba su madre? llevaba la gorra todavía puesta, así que podría no reconocerme, ¿y si lo hacia? daba igual, necesitaba aquello en ese instante, lo demás daba igual...
-Odio a esa mujer…- murmure contra el cuello de Jim

-Jajajaja ¿te pones así por esa mujer? venga ya, no le hagas caso, es una anciana y además no me ha parecido muy desagradable, todo lo contrario, a mí me ha tratado genial.-le decía mientras le quitaba la gorra para acariciarle el pelo.-entonces... ¿no estás enfadada conmigo, no? lo digo por que aun no me has dado ni un beso.-ella se levantó para quitarme su gorra y yo puse mi mano en mi espalda para que no pudiera cogerla.- eh eh, un beso o no hay gorra.- en ese momento me dí cuenta como los alumnos que pasaban por allí miraban la escena entre risas.-

Paro de intentar quitarle la gorra y le digo
-Si pasa tu madre por aquí, chillare que intentas aprovecharte de mi...- me senté derrotada de nuevo en el banco, sin intentar quitarle la gorra ni darle el beso- no es una anciana, es una estupida abuela con muy poca memoria que va a conseguir que me expulsen del instituto incluso antes de haber empezado las clases...- dije bastante enfadada, un alumno que pasaba por allí nos miro con curiosidad y una risita pintada en la cara, un sonrisa estupida. Le mire con odio, y pareció darse cuenta pues giro la cara y siguió su camino bastante serio.

-Toma anda osita.-dije estirando mi mano y poniéndole la gorra.-dejemos a la pobre mujer en paz, no la tomes con ella, y con ese pobre chaval tampoco, aunque más le vale que sólo se haya reido con la escena, aunque...-en ese momento me iluminé-..estás tan buena que yo diría que te miraba a tí.-me sentí furioso en ese momento, dejé a Is sentada y me dirigí al chaval que parecía tener prisa.-
-Oye chaval que no te vuelva a ver yo mirando a mi chica ¿me oyes?.-el chaval se quedó pálido, en verdad parecía no saber de que le hablaba.-anda ve, pero que no te pille yo echándole risitas a mi chica si no quieres tener un mal día, ¿entendido?.-el chico salió con paso rápido asintiendo y mirándome con una cara como de no entender nada, no sé que me había pasado, ¿estaba celoso de Is? esta chica me estaba volviendo loco, nunca pensé que tendría una reacción así.-
Me quedé allí de pie pensando por qué había reaccionado de esa manera, observando como el chico seguía aprisa su camino mirándome de reojo por si le seguía.

Me levante cuando vi que Jim se encaraba hacia el chaval, por un momento me dio pena, el pobre no había echo nada...
Me acerque a Jim y tire de su brazo, para que volviéramos al banco donde estaban nuestras mochilas
-No dejare a esa "pobre mujer", como tu la llamas, en paz hasta que no tenga mi libros...- dije mientras me apoyaba en la pared al lado del banco- una pregunta Jim, quien es tu chica? Y espero que a ella si que le hayas dado un beso, no como a mi...- fingí estar enfadada, seguía sintiéndome mal, pero no tanto como anteriormente, la reacción de Jim me había hecho mucha gracia y a su lado ya no olía mal